Jardineros del mundo

El Día Mundial del Medio Ambiente fue creado el 15 de diciembre de 1972 en la Asamblea General de la ONU, surgió en el marco de la primera gran conferencia sobre cuestiones relativas al medio ambiente, celebrada en la ciudad de Estocolmo, Suecia.

Hemos sido deterioradores y depredadores del medio ambiente durante  milenios, a tal grado que se cree que se han perdido 869 especies en los últimos 500 años, pero el número se sabe que es mucho mayor, solo que no se han documentado todas. 

Pese a que el año aún no concluye, en 2020 ya tenemos por desgracia una primera especie perdida para siempre. Se trata del pez remo chino o pez espátula del Yangtsé. La sobrepesca y la pérdida y debilitamiento por la contaminación de su hábitat natural parece haber acabado con este animal, el cual no se ve vivo desde 2009, algo que ha hecho que los científicos lo den por extinto. De esta forma se pierde a un animal extraordinario -como todos- por su voluminosidad. El pez remo chino podía alcanzar los 7 metros de longitud y superar los 400 kilos, una barbaridad para un pez de agua dulce.

A pesar de que los esfuerzos de las grandes organizaciones han sido precarios o vanos, han sido mucho mayores los logros individuales o de pequeños colectivos, que garantizan su inocuidad, protegen y expanden proyectos de sinergia con consumidores conscientes. Tal vez una de las cosas a considerar, es haber creado un día del medio ambiente. Es notorio que el planeta nos pide ayuda y no podemos cegarnos a esta petición, contribuyamos a la sustentabilidad del planeta y consideremos la tarea de cuidarlo para reducir significativamente los riesgos ambientales y el daño ecológico.

La extinción de especies animales no cesa. A pesar de los programas y los impulsos por evitarlo, en los últimos años se ha seguido perdiendo biodiversidad en el planeta, en la mayoría de ocasiones por culpa del hombre.

Como seres humanos en el planeta debemos aprender a ser jardineros del mundo, es nuestra misión retomar el camino de lo orgánico, concientizarnos acerca de nuestro consumo y producción, de la sobrepoblación y sus consecuencias. Somos el presente y para revolucionar debemos ayudar a todos los seres a desarrollarse y a florecer en simbiosis pero debemos empezar por nosotros mismos, evitemos dejar una estela de desperdicio y cambiemosla por una composta o reciclaje, dejemos de destruir todo a nuestro paso y generemos propuestas, cada ser tiene un papel diferente y complementario en el mundo que debemos comprender y apoyar, si pretendemos recobrar el equilibrio en el planeta. 

Categorías: COMUNICACION

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